Un 8 de marzo, empecé por el título: "Yo, tú, ellas". Investigué algunos datos, redacté el texto requerido y se lo envié a mi jefa. Ella lloró mientras lo leía. Fue entonces cuando comprendí que mis palabras tenían un alcance colectivo, que ser feminista no era simplemente una elección personal.
Años más tarde, sin ninguna fecha simbólica, fotografié a una amiga. ´¿Esta soy yo?, ¿Estás segura?´ me preguntó al verse retratada. No me sorprendió; nosotras hemos sido educadas para amar y cuidar a los demás antes que a nosotras mismas.
Continué fotografiando para que otras mujeres pudieran reconocerse en sus propios cuerpos; para discernir las sombras y dar a luz a lo que realmente somos. Lo que no sabía era que al verlas a ellas, me permitiría también verme a mí misma.